El 31 de mayo hay más que título en juego
Budapest acogerá una de esas finales europeas que nadie se puede perder. El Sevilla viene de pasarle por encima a Manchester United y Juventus, tras una temporada que, dos meses atrás, era absolutamente desastrosa. Su lucha era con los equipos de la parte baja de la tabla; competía por no descender. Hasta que llegó Mendilibar y le dio un lavado de cara al conjunto sevillano. Ahora, están en su séptima final europea. En cambio, la Roma es el típico equipo de Mourinho: sólido y rocoso. Sin embargo, aún le queda mucho para competir contra los grandes. La temporada pasada, en el primer año de Mourinho, la ‘Lupa’ levantó su primer título continental, la Conference League. Poco más de 12 meses después, alcanza la final de la Europa League.
Esta temporada, el ticket para la Champions está muy caro. Tanto en LaLiga como en Serie A. La mala temporada del Sevilla le dificulta llegar a puestos europeos a través de la liga, y más aún a los de UCL. Por su lado, la Roma está a 6 puntos de las plazas que dan acceso a la fase de grupos de la máxima competición europea, quedando 9 en juego. Por tanto, este partido va a ser mucho más que una final. Significa el acceso directo a Champions League y Supercopa de Europa; el heptacampeonato del Sevilla tras una temporada realmente dura; un posible segundo título europeo consecutivo para la Roma de Mourinho; ingresos para dos equipos que no están en su mejor momento económico…
Viviremos una final muy disputada, con dos equipos con muchas ganas de llevarse el trofeo para su vitrina. De disfrutar el vuelo de vuelta con cánticos, fiesta, acompañados de la copa. De la rúa que les espera en su ciudad, con el calor de su afición. Y lo que supone ser campeón de Europa. La garra del Sevilla contra las de la loba. El próximo 31 de mayo, todos al sofá. A Hungría, sólo los más afortunados.