¿Quién no ha tenido una etapa de tragarse hasta la liga australiana? Despertarse un domingo y comerse un apasionante Adelaide United – Sydney con un par de tostadas en la mesa. Independientemente de la respuesta, yo sí la tuve. Se me hacía imposible negarme a un Wellington Phoenix – Melbourne City a las 10. Así descubrió Andoni Iraola a Alex Paulsen, imagino. O al menos, así lo hice yo.

Kevin de Bruyne es humano. También comete errores, se equivoca. A veces conviene recordarlo. Estamos demasiado acostumbrados a su perfección sobre el verde. Lo tenemos tan normalizado que se le exige el máximo en todo momento. Aun así, difícilmente decepciona. Y, con todo, se trata de un chico normal. De los que tienden la ropa, cocinan y sangran.

En enero, se cayó de última hora su fichaje por el Bournemouth al no pasar el reconocimiento médico. Unas molestias en los isquiotibiales truncaron una operación que le cambiaría la vida. Poco después, Jackson explicó que lo pasó mal al frustrarse este traspaso. Añadió que “todo pasa por algo”. Y efectivamente, pasó por algo. El destino le tenía guardada una sorpresa muy especial. Cinco meses y diez goles después, Nicolas Jackson será nuevo futbolista del Chelsea.

Hace una semana, un rapero bajo el seudónimo “Dide” publicó en YouTube su primera canción. Se titula “Thrill” y cuenta con un videoclip en el que el artista aparece con una peculiar máscara que le cubre toda la cabeza. Lo llamativo reside en el discurso que Dide mantiene desde que se presentara a principios de febrero, pues sostiene que es un futbolista de la Premier League.