Málaga volvió a teñirse de rojo el pasado sábado, cuando 30.000 aficionados tuvimos la suerte de ver en directo el partido entre España y Noruega. De hecho, varios días antes del partido ya se colgaban los carteles de “sold out” en las taquillas de La Rosaleda.
Contexto
La selección española regresó a Málaga nueve meses después de vencer ante República Checa en Nations League. Esta vez lo hacía para clasificar a la Eurocopa de 2024 y presentaba una convocatoria muy diferente para el poco tiempo que ha pasado, con 18 variaciones con respecto a aquel encuentro, incluido el seleccionador. Con otras palabras: los únicos futbolistas que han estado en ambas listas han sido Carvajal (o “Carvi”, como le llamaba el niño que tenía sentado al lado), Rodri, Morata, Olmo, Robert Sánchez, Raya, Íñigo y Gavi. Pero hay ciertas cosas que nunca cambian, y al igual que en aquella ocasión, la ciudad se volcó de lleno con La Roja.
Ambiente de partido grande
Siendo la primera jornada de ocho y con un grupo a priori sencillo, lo normal era pensar que no era un partido trascendental. Sin embargo, el ambiente manifestaba lo contrario. Desde horas antes del pitido inicial, había un ambiente muy vivo. Toda Málaga se vestía de rojo y amarillo para animar a su selección, y los que no, lucían cascos vikingos. Se habilitó una fan zone con las dos Eurocopas y el Mundial de la época dorada de España para que los aficionados se sacaran fotos, tiendas, música en vivo, carpas donde los más pequeños jugaban fútbol, gente bailando por todos lados… Se notaba el cariño que Málaga le tiene a la selección española.
Ya llegando al estadio, era sencillo reconocer a los visitantes. Además de estar muy controlados por la policía y delimitados con vallas y cintas, sus característicos cascos vikingos y cánticos les delataban. Entre las puertas de acceso a la grada había empleados y aficionados repartiendo muy generosamente todo tipo de artículos para apoyar al combinado español. Yo me acabé llenando los bolsillos con banderas y aplaudidores de España.
Al asomarme desde el vomitorio, me impactó mucho la diferencia con los demás partidos que he visto a lo largo de mi vida. Realmente se notaba cuánto arropa la afición de Málaga a la Selección. No había una simple esquina sin rojo o amarillo. Era fácil identificar quién era el local, pues todos vestían camisetas de los colores de España. Todos, excepto mi amigo y yo, que llevábamos camisetas apoyando a Joselu y sosteniendo que es mejor que Haaland (empezamos siendo locos y acabamos siendo genios).
El partido
En cuanto al partido, no fue ninguna maravilla en términos futbolísticos. Se notó que fue el primer encuentro del nuevo seleccionador con la absoluta. Las únicas diferencias entre la España de Luis de la Fuente y la de Luis Enrique son que esta es algo más vertical y que no tiene a la prensa criticando cada decisión. Además, la ausencia de Haaland perjudicó notablemente a una débil Noruega.
Por otro lado, quienes más me gustaron fueron Dani Olmo y Martin Ødegaard, que iba dejando controles y pases fantásticos cada pocas intervenciones. También destacable el trabajo de Nacho y Laporte, que estuvieron muy bien con y sin balón. Pero fue en el minuto 81 cuanto empezó lo bueno. Entró Joselu y notó el calor de España en su debut. Y a penas cinco minutos después, ya había batido el récord del doblete más rápido de la historia de La Roja. Con cada gol suyo se caía la grada, era una fiesta, nunca había presenciado algo a tal escala.
En definitiva, un ambiente verdaderamente único, pues Málaga nunca falla cuando la selección española se deja ver por la Costa del Sol. Pulsando aquí te dejo un resumen de lo que fue la vuelta de España a La Rosaleda.